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Fidel Castro y la prensa escrita: legado y contemporaneidad (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El pensamiento
progresista cubano, que inicia su formación a fines del
siglo XVIII, favorecido por muy peculiares condiciones, y que
alcanza en José Martí,
su más alta cumbre, llega hasta nosotros, en sus
posibilidades infinitas de desarrollo, en
el ideario de Fidel Castro,
feliz conjunción de múltiples legados,
perneados todos de un significativo humanismo
ético.

La historia de
nuestra patria es una sucesión de disímiles
batallas de ideas, con escenario en diversos contextos, sin
perder su esencia motivadora de justicia y
patriotismo. Y la prensa escrita
constituye, sino el único, sin duda su principal
instrumento revolucionario de su divulgación entre el
pueblo, verdadero sujeto de toda transformación.

El contenido ético-humanista del pensamiento de Fidel
Castro, principal forjador de la Revolución
Cubana, expresión de continuidad y ruptura con el
ideario progresista anterior y de notable inspiración
martiana, se nos muestra en sus
múltiples escritos, entrevistas,
mensajes y declaraciones publicados en la prensa escrita durante
seis décadas de bregar revolucionario y que alcanza en sus
actuales Reflexiones, un alto grado de madurez. Feliz
conjunción de legado y contemporaneidad.

PRIMERA PARTE.

1.- La prensa
escrita como instrumento de divulgación del pensamiento
progresista durante la colonia (1790-1898).

La etapa colonial, en su última centuria, propicia el
surgimiento del pensamiento progresista cubano, paralelamente a
la conformación de nuestra identidad
cultural y nacional, en un contexto histórico
singularmente complejo. Desbrozado en sus inicios por José
Agustín Caballero (1762-1835), en arduo bregar contra
el escolasticismo imperante, portador de un renovado quehacer
filosófico y de audaz empeño por el fomento de una
educación
científica, hasta alcanzar en José Martí
(1853-1895), ya en las postrimerías del siglo XIX, su
más alta cumbre. Si al primero le sirvió de
palestra pública para la exposición
de sus ideas, el "Papel Periódico
de la Havana"; en el Apóstol, su pensamiento previsor,
recogido en artículos y crónicas de prosa elegante,
análisis agudos e inflamado patriotismo,
publicados en disímiles medios de
prensa, nos permiten configurar su trayectoria revolucionaria y
la maduración gradual de su pensamiento, que se
continúan en 1892 con la fundación de "Patria",
vocero ideológico de la "Guerra
Necesaria".

Diversos factores favorecen las peculiaridades epocales de la
etapa, como el surgimiento de procesos
políticos de gran conmoción social. Valga mencionar
la independencia
de las antiguas trece colonias inglesas (1776-1783); la Revolución
Burguesa en Francia
(1789.1794), la Revolución de Haití(1795.1804) y
los procesos independentistas en América
Latina, en el primer tercio de la centuria.

En el campo de las ideas, estrechamente vinculado a estos
hechos históricos, se destaca el nacimiento de la Modernidad,
emblematizada por personalidades representativas de la
Ilustración Inglesa y Francesa de los siglos XVII y
XVIII respectivamente, del contenido democrático y
progresista de los documentos
programáticos inherentes a las mismas y el ideario de los
principales próceres de la independencia americana, con
especial relieve del
pensamiento visionario de Simón Bolívar.
Sin omitir la influencia en Cuba de las
ideas promovidas por la Filosofía Clásica Alemana, en
especial de sus principales representantes Emmanuel Kant y Federico
Guillermo Hegel; las
teorías
económicas de los ingleses Adan Smith y David Ricardo y
las prédicas del socialismo
utópicos o Socialismo Crítico de Saint Simon,
Charles Fourier y
Roberto Owen, hasta arribar a mediados del siglo XIX, a la
influencia de los gigantes del pensamiento, Kart Marx y Federico
Engels.

Todas ellas arribaron a nuestro país con relativo
atraso, ejerciendo una mayor o menor influencia, dadas las
peculiaridades de nuestro desarrollo histórico y las
condiciones extremas de opresión, conservadurismo y
retraso económico del sistema colonial
impuesto a
Cuba.

No menos importante en su papel propiciador en la construcción de nuestra identidad cultural
y nacional y del propio pensamiento progresista cubano lo
constituyó el impetuoso desarrollo de la industria
azucarera y cafetalera, insertadas a partir de la
devastación de la economía haitiana y el incremento
consiguiente de la trata y explotación del trabajo
esclavos, que favorecieron el nacimiento de una rica
burguesía-esclavista criolla, integrada por los ricos
hacendados y hacedora de su propia intelectualidad, siempre en
busca de un espacio de decisión política y
protagonismo económico, embridada por su temor a las
consecuencias de una sublevación de esclavos y al amor
desmesurado por sus riquezas y privilegios.

La gradual y relativamente lenta formación del
pensamiento progresista cubano se matiza por la convivencia de
diversas tendencias políticas,
de inevitable basamento económico y clasista y desigual
protagonismo, acorde a las coyunturas epocales, materializadas en
el reformismo, anexionismo, independentismo y autonomismo, los
que contaron siempre con partidarios de determinada
relevancia.

1,1.-
Empeños iniciales en la formación de nuestra
identidad nacional (1790-1868).

La imprenta
introducida en Cuba en tan fecha tan tardía como 1724,
tuvo escasa utilidad
práctica durante décadas por el temor de las
autoridades coloniales a la divulgación de ideas de las
que era portadora una pujante burguesía europea, crítica
implacable de las rémoras feudales, portadora de un
racionalismo
cuestionador, de un humanismo ético desacralizador y
antidogmático, así como de concepciones y
tradiciones de larga data (3).

Respecto a la prensa escrita en Cuba se conoce de
publicaciones oficiales de limitada circulación, dedicadas
por entero a la publicación de avisos de entrada y salida
de buques del puerto habanero como el "Diario de Avisos de
Madrid" (1764)
y la "Gazeta de la Havana" (1782).

Favorecido por el Despotismo Ilustrado aplicado por los
ministros liberales de Carlos III y el apoyo del gobierno
progresista en Cuba de Don Luís de Las Casas (1790-1796),
ve la luz publica en
nuestro país, el 24 de octubre de 1790, el denominado
"Papel Periódico de la Havana", considerada la primera
publicación periódica propiamente literaria en la
entonces colonia. Su publicación estuvo a cargo, a partir
de 1793, de la Sociedad
Económica de Amigos del País (1773).

En informe rendido
por José Agustín Caballero a la misma, acerca de la
citada publicación, éste expuso como."..nuestro
periódico ha promovido la aplicación de las Letras,
Ciencias y
Artes, ha corregido esos defectos que lastimosamente
notábamos en nuestros profesores y me atrevo a asegurar
que se pondrá a esta ciudad en el grado de ilustración que admiramos a la Europa,
después que la Serenísima República de
Venecia, inventó en el siglo XVIII, el útil uso de
los papeles públicos" (4).

Entre sus prestigiosos colaboradores se contaban el propio
Caballero, con habituales escritos como "Discurso sobre
la Física",
publicado en la edición
del primero de septiembre de 1793; el Dr. Tomás Romay
(1769-1849), con su artículo científico, publicado
en la misma edición, en el que hace una crítica de
la medicina tal
como se practicaba y enseñaba entonces en Cuba y en el que
desarrolla una concepción iluminista de la misma,
así como el notable economista Francisco de Arango y
Parreño (1765-1837), gran promotor, como ideológico
de los ricos hacendados criollos, de la concesión de
inteligentes reformas económicas en las esferas productiva
y comercial.

Para José Agustín Caballero por… ".cerca de
veinte siglos no fue la física, (mas) que un
ridículo laberinto de sistemas apoyados
unos sobre otros y por lo común opuestos entre
sí..".dado que."…cada filósofo se creía en
la obligación de formar uno nuevo y esta multiplicidad de
errores redundaba en el descrédito de las opiniones
filosóficas". Al valorar la enseñanza de la misma en su época
valora como..".. se añadirá a esto que los
profesores de esta ciencia
ponían particular cuidado en producirse con expresiones
enigmáticas, que sólo ofrecía ideas
confusas, inteligibles únicamente a los que querían
convencerse, no por razón, sino por capricho" (5).
Escritos en los que se reflejan los avances logrados en el
pensamiento antiescolástico y científico-educativo
en nuestros más notables pensadores.

Por su parte el Dr. Tomás Romay aboga por una medicina
de fundamentos realmente científicos, pues para
éste, todos aquellos que.".apenas perciben la voz del
grande Bacon, abandonan el peripato, y todas sus cuestiones
nominales, huyen de Galeno, detestan a Avicena, abominan a
Averroes.".pues."..el hombre es
el grande objeto de sus meditaciones, el cadáver del
hombre el
inmenso libro que con
voces
inefables, pero demasiado enérgica, les manifiesta en cada
página que rasga la diestra del anatómico el
origen, los progresos y efectos de las enfermedades" (6).

El "Papel Periódico de la Havana" se publicó con
este título hasta 1805, adoptando posteriormente otros
diferentes, acorde a las problemáticas de la época
y los cambios políticos acontecidos en la
metrópoli. Estos flujos y reflujos de la política
peninsular, entre un liberalismo
apocado y ocasional y un absolutismo
con ínfulas de ilustrado se refleja en los títulos
de los periódicos que ven la luz en los primeros lustros
del siglo XIX y particularmente en el contenido, expresión
de las ideas imperantes.

En los períodos de 1811 a 1815 y posteriormente de 1820
a 1823, coincidentes con la apertura a las Cortes y la
promulgación de constituciones liberales, aparecen en
nuestro país, numerosos periódicos como "El
patriota americano", "Diario Cívico", "Correo
de las Damas", "El Esquife" y "El Hablador", entre otros, que nos
muestran las ideas reformistas, progresistas para la
época, de los ricos hacendados criollos, en sus exigencias
de mayor espacio de participación política y
liberación de las trabas económicas para el
comercio.
Otros con tendencia más conservadora como "El Centinela",
promocionan las ideas de Arango y Parreño, e incluso
aquellas de más rancio conservadurismo y fuerte influencia
clerical, como "La Cena", "El Censor Universal" y "Tertulia de
las Damas", defensores a ultranza de las medidas adoptadas por
las autoridades coloniales, incluso las más
impopulares.

Aún en las publicaciones más liberales del
período, bien distantes, bien distantes de toda
aspiración independentista, imperan la defensa de la
trata, la libertad de
comercio, una política tributaria más racional, la
igualdad
jurídica para la población blanca criolla, la
representación en las Cortes e incluso, en algunos casos,
propuestas de división de poderes en el gobierno colonial,
con evidente influencia de Montesquieu.
Los fallidos intentos independentistas de Román de la Luz,
Luís Francisco Bassave, José Joaquín Infante
y Manuel Ramírez,
en 1811, en su mayoría pertenecientes a la clase
pudiente, así como la de José Antonio Aponte, de
origen más humilde, y quizás por ello más
cruelmente reprimida en 1812. Resultaron hechos excepcionales.
(7).

Lo que reitera las escasas posibilidades de que arraiguen
entre los ricos hacendados criollos, en ese primer tercio del
siglo XIX, las ideas independentistas, entonces en pleno auge en
América
Latina, dado su perenne temor a la sublevación de negros
esclavos y libertos, la afectación a sus intereses
económicos y sus limitaciones clasistas, incapaces de un
protagonismo más allá de la preservación de
los privilegios conquistados, lo que no excluye la significativa
influencia que el Iluminismo europeo ejerciera en sus ideas, en
las primeras décadas del siglo XIX.

Como bien valorase Don Fernando Ortiz en su escrito "La Hija
Cubana del Iluminismo":

"Los caminos de la Revolución
Francesa y de la reforma cubana eran distintos. Allá
se hacía revolución desde abajo, aquí desde
arriba, pero una y otra eran iluminadas por los mismos fulgores.
Los de la Ilustración, los de la Enciclopedia, los de
aquel siglo XVIII que fue bien llamado el Siglo de las Luces"
(8).

1,2.-
Félix Varela y "El Habanero": promotor del
independentismo.

El 18 de abril aparece publicada en el "Diario del Gobierno
Constitucional de La Habana" la carta de
despedida a sus conciudadanos del sacerdote Félix Varela y
Morales 1787-1853) en vísperas de su viaje como diputado a
Cortes (1822-1823). Poco menos de dos años después
arribará a los Estados Unidos a
iniciar su largo exilio de 30 años.

Su profundo amor por la patria lejana lo lleva, ya
próxima la hora de su muerte, a
viajar a San
Agustín, en la Florida, para permanecer sus
últimos días lo más cercano posible a su
amada Cuba.

Hombre de profundas convicciones religiosas y éticas,
teólogo, profesor del
Seminario de
San Carlos y San Ambrosio, hombre de avanzadas ideas liberales y
patrióticas, constituyó, en palabras de José de la
Luz y Caballero, el primero que nos enseñó en
pensar y proclamase la necesidad para Cuba de obtener su
independencia de España, al
ver agotadas las posibilidades de sus anteriores concepciones
reformistas.

Aún sin cumplirse el primer año de su arribo al
exilio, se publican los dos primeros números de "El
Habanero" (1824), periódico fundado por él,
acertadamente denominado por Emilio Roig de Leuchsenring.".la
primera manifestación revolucionaria de carácter periodístico entre
nosotros" (9). En 1825 aparecen sus números (3 y 4) y en
1826, sus dos últimas ediciones en cuyas páginas
expone Varela su ideario independentista ya que…".lo que
más debe desearse, sea cual fuese su situación, es
que los hombres de provecho, los verdaderos patriotas se
persuadan de que ahora más que nunca estamos en estrecha
obligación de ser útiles a la patria" (10).

En su artículo "Consideraciones sobre el estado
actual de la Isla de Cuba", éste argumenta como.". es
preciso no equivocarse. En la Isla de Cuba no hay amor a
España, ni a Colombia, ni a
México, ni
a nadie más que a las cajas de azúcar
y a los sacos de café"
(11). En su número 6, en 1825, bajo el título de
"Reflexiones sobre los motivos que suelen abogarse para no
entender un cambio
político en la Isla de Cuba", el sacerdote patriota valora
como.".contribuyen con sus luces unos, otros con su influjo y
otros con su dinero a
salvar a la patria y con ella a los intereses individuales, y
este corto sacrificio removerá ese grande obstáculo
que tanto se pondera. Repítese de mil modos que es
imposible efectuar la independencia sin auxilio extranjero, y yo
pregunto: ¿qué se ha hecho para conseguirla?
¿sobre que prueba descansa la aserción de su
imposibilidad?" (12).

En esta época se expresan los recelos del Padre Varela
por la intervención en Cuba, en apoyo de su independencia,
de países como Venezuela,
Colombia y México, cuyos gobiernos se mostraban entonces
preocupados por los planes de la monarquía española, con apoyo de la
reaccionaria Santa Alianza europea, para la reconquista de sus
antiguas colonias americanas, utilizando a Cuba como base para
las operaciones
militares. Proyecto en
definitiva abandonado a partir de los fallidos resultados del
Congreso Anfictiónico patrocinado por Bolívar y
efectuado en Panamá,
en 1826, con la abierta oposición de Estados Unidos,
temeroso de la presencia europea en el continente, que
ponía en peligro sus crecientes afanes expansionistas.

Con la colaboración de su amigo José
Antonio Saco, que aparentemente le convence de atemperar el
tono beligerante de "El Habanero", que atemorizaba a los ricos
hacendados criollos, Varela publica un nuevo diario titulado "El
Mensajero Semanal", de un contenido más literario que
político, sin renunciar a su carácter
independentista, con la colaboración del prestigioso
intelectual Domingo del Monte.

La activa colaboración periodística de
José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y
Domingo del Monte.

Durante las décadas del 30, 40 y 50 del siglo XIX van a
descollar entre las figuras más representativas del
reformismo: José A. Saco (1797-1879), José de la
Luz y Caballero (1800-1862) y Domingo del Monte (1809-1853).

José A. Saco se destacó por su tenaz
enfrentamiento a las tendencias anexionistas tan en boga en las
décadas del 40 y 50 de de este siglo, su apego a los valores de
la cubana y su oposición a la esclavitud.
Éste fundó en 1831 la "Revista
Bimestre Cubana" de gran prestigio en la época y
escribió importantes obras y artículos donde expuso
sus ideas, no obstante su incomprensión de los afanes
independentistas (13).

Participó con Varela en "El Mensajero Semanal", editado
en el exilio y que se publicase desde el 18 de octubre de 1828 al
29 de enero de 1831. En carta
íntima a su amigo José Luís Alfonso, en sus
últimos años de vida, se expresan los sentimientos
de un hombre decepcionado, pero donde se atisba la presencia,
incluso en momentos personales tan aciagos, de una profunda
eticidad. Éste escribe como.".ya no tengo ojos con que
leer, ni mano con que escribir; por consiguiente ya no puedo ser
abogado ni médico, ni casi nada de lo que pudiera
proporcionarme un modo de subsistir en esta tierra…Cometí el error de ser patriota
donde no hay patria. Por Cuba perdí mi poca fortuna y por
ella todo mi porvenir. Yo debí haber hecho lo que hacen
mis paisanos, que es enterrar el patriotismo y tratar de labrarse
una posición pecuniaria. Si yo hubiera seguido este
camino, yo no viviría del modo que estoy viviendo, ni
moriría del modo que moriré" (14).

Para Luz y Caballero la prensa siempre constituyó un
medio propicio para divulgar sus ideas encaminadas a mejorar el
obsoleto sistema
educativo colonial, sus ideas filosóficas y sus
conceptos ético-pedagógicos en búsqueda del
perfeccionamiento de la conducta humana
que lo llevaron a afirmar que.".para que Cuba sea libre soy yo
maestro de escuela"
(15).

Sus polémicos artículos bajo el título
"Sobre educación secundaria" fueron publicados en el
"Diario de La Habana" en diversas ediciones, entre septiembre y
noviembre de 1832, en los que propugnó por una más
adecuada formación en niños y
jóvenes, pues al respecto…"…no hay medio, o satisfacer
las dudas de los discípulos o ridiculizarse ante sus
ojos..lo que vale tanto como no ser maestro" (16). Respecto al
alumnado el ilustrado educador rechaza toda teoría
pedagógica que conciba a éste como mero receptor de
conocimientos, carente de creatividad o
ente pasivo en el proceso de
enseñaza-aprendizaje,
convencido de que.".no sé como hay todavía quien
dude de las fuerzas intelectuales
de los niños" (17).

Su lucha sistemática contra el escolasticismo, tanto en
la filosofía como en los métodos
educativos, lo llevó a enfrascarse en una aguda
polémica, de amplia divulgación en la prensa de la
época, que tiene su origen al dar respuesta a un escrito
aparecido 12 de mayo de 1838 en el diario "La Gazeta de Puerto
Príncipe", firmado bajo el seudónimo de Rumilio, en
el que se argumenta la necesidad de iniciar los estudios por la
Lógica
(aristotélica) y no por la Física (Ciencias
Naturales), en abierta contradicción con los criterios
de Luz y Caballero. Éste nos muestra en su
argumentación, su vasta cultura y
agudeza de criterios, como polemista. Para éste.".y que de
los Pitágoras y de Tales Milhesio, los cuales florecieron
antes de Platón
y Aristóteles, que fueron los primeros entre
los griegos en acometer la obra de la fundación de la
Psicología
y de la Lógica..pues hay mucha distancia entre los
fundadores de la Filosofía griega y los campeones del
escolasticismo en cuyas manos degeneró hasta la buena
semilla que en sí llevaba la ciencia
griega" (18).

El 2 de marzo de 1840 se publica en la "Gazeta de Puerto
Príncipe" su artículo "Identificación
filosófica con mi maestro Varela", reproducido por "El
Correo de Trinidad" el 14 de mayo y por el "Diario de La Habana"
con fecha 29 del propio mes y año. En el mismo Luz expresa
como.".Varela derrocó el escolasticismo en nuestro
suelo y yo
aplaudo y aplaudiré su ruina. Varela fue nuestro
legítimo Cartesio, en más de un sentido, ya por
haber destruido el principio de autoridad con
el consejo y el ejemplo de palabra y obra, por haber introducido
en su consecuencia la libertad filosófica de pensar"
(19).

La constate oposición de Luz y Caballero, a una
educación impuesta por las autoridades coloniales,
lastrada de trabas e imperfecciones, lo convocó a utilizar
la prensa como medio eficaz de divulgación de sus
opiniones críticas. Al respecto, el 22 de diciembre de
1834 se publica en el "Noticioso y Lucero" la convocatoria de la
Real Junta de Fomento de la Agricultura y
el Comercio, a exámenes públicos y generales de las
dos escuelas de enseñanza primaria en el ultramarino
pueblo de Regla, que motiva la redacción por éste de una serie de
artículos publicados en el "Diario de La Habana", el 32 de
diciembre de 1834 con el título "Sobre el método de
enseñanza de las escuelas lancasterianas de Regla", bajo
varios seudónimos como Hila Delgado y Mismo. En criterio
de Luz, la utilización del método lancasteriano
para impartir enseñanza a los sectores más
humildes, al ofrecer por su esencia, bajos costos y ahorro de
tiempo, va en
detrimento del método explicativo que él defiende,
al garantizar una superior calidad al
proceso docente educativo.

Domingo del Monte es otra personalidad
descollante de la primera mitad del siglo XIX cubano que
incursionó con asiduidad en la prensa escrita, como fiel
abanderado en defensa de nuestra cultura y estrechamente
vinculado a José A. Saco y Luz y Caballero, como
destacados partícipes del reformismo progresista de la
época. A finales de 1822, bajo el patrocinio de
éste y su amigo José A. Cintra, se publica "El
Americano Libre". La publicación se plantea, según
escrito del 22 de noviembre del propio año."…esparcir
las luces y conocimientos..contribuyendo de esta manera a la
ilustración de los pacíficos habitantes de este
delicioso país, que es el blanco de todas las potencias
ambiciosas" (20).

En su edición del 27 de noviembre se afirma en uno de
sus artículos (presumiblemente no redactado por Del Monte,
quien nunca llegó a compartir el ideario independentista)
que… "..cuando un pueblo está oprimido y vejado por la
injusta nación
a la que pertenece..cada habitante del país es un abogado
para reclamar la independencia y un fuerte guerrero para
sostenerla" (21).

El tomo de tales ideas determinó la suspensión
de la publicación a los escasos 4 meses de su
fundación. Pocas semanas más tarde el propio Del
Monte promueve la aparición de un nuevo diario, con un
título más atemperado a los tiempos
difíciles que corrían: "El Revisor Político
y Literario". En su edición del 31 de marzo de 1823, se
publica en este un escrito de Del Monte dedicado a elogiar la
obra de José María Heredia la que valora
como.".versos y no renglones rimados" con una crítica
ostensible a la creación de otros autores de la
época (22).

El 7 de noviembre de 1829, con el mismo Del Monte como editor,
ven la luz pública las publicaciones "La Moda" y "Recreo
Semanal del Bello Sexo".
Reiterando su inclinación por la prensa escrita, edita a
partir a partir del 2 de enero de 1830, en colaboración
con Antonio Bachiller y Morales: El puntero literario". El 6 de
diciembre de 1830 asume la dirección de la Sección de
Educación de la Sociedad Económica de Amigos del
País, donde logra, con el apoyo de José A. Saco y
otros intelectuales progresistas, la publicación de la
Revista Bimestre Cubana, que alcanza gran prestigio nacional e
internacional, por la calidad de los trabajos de sus
colaboradores, entre los que figuraba José de la Luz y
Caballero.

La revista de tendencia liberal y antiesclavista concita
prontamente el encono de Juan Bernardo O´Gaban, entonces
presidente de la Sociedad Económica de Amigos del
País y del Intendente de Hacienda, Claudio Martínez
de Espinillos, ambos de pensamiento marcadamente conservador y
defensores de la esclavitud, apoyados por los ricos hacendados
criollos. En medio de tales contradicciones, la Comisión
Permanente de Literatura de la SEAP logra
se autorice por Real Orden, la creación de la Academia de
Literatura, marco más propicio para la divulgación
de las ideas y proyectos
culturales, por las personalidades más progresistas en el
seno de la institución.

A partir de tan enconados criterios, se inicia una
polémica a partir del artículo escrito por Antonio
Zambrana, publicado por el reaccionario "Diario de la Marina" en
su edición del 12 de abril de 1834, donde éste
expone sus argumentos contrarios a la creación de la
citada academia, al que José A. Saco refuta desde las
páginas del propio diario, el 14 de abril y Domingo del
Monte, el 229 del propio mes y año, desde las
páginas de "La Aurora de Matanzas". En definitiva, por no
contar con el apoyo de Tacón, entonces Capitán
General en la isla, el 18 de octubre del año en curso se
obtiene por Real Orden, la revocación de la
autorización dada anteriormente para la creación de
la nueva institución. Incluso el mismo José A.
Saco, enfrascado en aguda polémica con la máxima
autoridad colonial, debe marchar al exilio, donde continua, en
territorio norteamericano su colaboración
periodística, con Félix Varela.

No obstante sus esporádicas concesiones
ideológicas, Del Monte se unió a Saco en sus
posiciones anti-anexionistas, enfrentándose a parte
significativa de la intelectualidad representativa de los ideales
de los ricos hacendados criollos, a la que el mismo
pertenecía, en las décadas 40 y 50 del siglo XIX,
como José Luís Alfonso, Cirilo Villaverde, Gaspar
Betancourt Cisneros y Miguel Aldama. Del Monte, hombre de vasta
cultura, mantiene su estrecha colaboración con la prensa
escrita, siendo frecuentes sus escritos aparecidos en los diarios
"El Aguinaldo Habanero" (1838), "El Álbum" (1838) y en "La
Revista Cubana" (1840).

En esos propios años, José de la Luz y Caballero
se enfrasca en una larga e interesante polémica
filosófica-educativa con los hermanos Manuel y
Zacarías González del Valle, partidarios de la
corriente filosófica promovida por el francés
Víctor Cousin (1792-1867), una especie de eclecticismo de
corte espiritualista, que en buena medida tiene como escenario la
prensa de la época. Esta se inicia cuando Zacarías
González del Valle (1820-1851) publica el 14 de octubre de
1839 en el "Diario de La Habana", su escrito "Defensa del
eclecticismo de Víctor Cousin", que lleva a Luz a redactar
su ejemplarmente argumentada réplica: "Impugnación
a Cousin" (1840) (23).

Las principales tendencias del pensamiento progresista cubano
de 1840 a 1868. Su divulgación en la prensa escrita de la
época.

Si ya en la década del 30 se publican entre otros "El
Noticioso y Lucero de La Habana" (1832) y "La Prensa" (1839), ya
en la siguiente se fundan "La Prensa de La Habana" (1843), "El
Diario de la Marina" (1844) y "La Verdad" (1847", y años
después, "La Charanga" (1857) y "El Moro Muza" (1859).
Estos constituyen una muestra de las publicaciones existentes
entonces tan sólo en la capital, sin
contar los numerosos órganos de prensa creados en las
provincias (24).

Estos reflejan en sus páginas las luchas imperantes en
su tiempo en el seno de la intelectualidad y personalidades
representativas de los diversos sectores y clases
sociales, tanto progresistas como reaccionarios, liberales y
conservadores, reformistas, anexionistas e independentistas,
limitadas estas últimas a una circulación
clandestina. Tal fue el caso del diario "La Voz del Pueblo"
fundado por el periodista Juan Bellido de Luna y el
tipógrafo y patriota, Juan Faccioso. El 13 de junio de
1852 aparece su primer número quien se plantea
representar."..la opinión libre y franca de los criollos
cubanos; propagar el noble sentimiento de la libertad de que debe
estar poseído todo pueblo culto" (25). El tercer y
último número se editó el 26 de julio del
propio año, al ser detenido Faccioso cuando preparaba la
edición del próximo número en su propia
imprenta, el que juzgado bajo onerosas arbitrariedades, que
permitían los poderes omnímodos concedidos a los
Capitanes Generales, resultó condenado a muerte en
"garrote vil" el 13 de septiembre de 1852.

No obstante, en las décadas del 40 y 50 del siglo XIX
aún las aspiraciones independentistas sólo se
muestran esporádicamente ante el predominio del reformismo
y el auge del anexionismo, promovido por los ricos hacendados
criollos, que ven en el la solución a la permanencia de la
esclavitud, sin obviar la admiración por el supuesto
paradigma que
entonces representaba la democracia
norteamericana, comparada con el burdo despotismo impuesto en
Cuba por el colonialismo español.

Frente a las concepciones de José A. Saco, quien
proclamase en sus "Ideas sobre la incorporación de Cuba en
los Estados Unidos" (1848) que.".yo desearía que Cuba no
sólo fuese rica, ilustrada, moral y
poderosa, sino que fuese cubana y no angloamericana" (26),
encontramos la figura de Gaspar Betancourt Cisneros (El
Lugareño) (1803-1866), una de las personalidades
más descollantes de las ideas anexionistas, , aunque al
final de su vida compartiese las aspiraciones independentistas,
tras el triunfo de las ideas abolicionistas de Abraham Lincoln, al
finalizar la cruenta guerra de Secesión norteamericana
(1860-1865).

Son reveladoras las misivas intercambiadas entre Saco
Betancourt Cisneros, amigos en el plano personal,
particularmente las escritas por éste último, donde
le expone sus argumentos a favor de la anexión. En su
misiva con fecha 3 de abril de 1849, fechada en New York,
éste le expone a Saco que.".es penoso tener muy presente
que para anexionar a Cuba basta una plumada y que para darla
tiene España todo el estímulo, todo el apoyo y
aprobación de la Europa entera, de casi toda la
América Latina, incluso las islas, nuestros acusadores
más que rivales. Y no hay que olvidar que para salvar a
Cuba no queda otra puerta que la de los Estados Unidos,
único pueblo, única gente que acá en
América tiene vergüenza, saber, fuerza y
unión como nación
libre" (27).

En carta de fecha anterior, el 30 de agosto de 1848,
Betancourt Cisneros le explica a Saco como.".el
periódico La Verdad, bueno o malo, le ha dado a
conocer (se refiere al Capitán General en Cuba, Roncalli.
N. del A.), que los cubanos no se andan con paños
calientes, le van perdiendo el miedo, que tienen en los Estados
Unidos fija la vista y puesta su esperanza" (28). El mencionado
periódico, de tendencia anexionista, se publicó en
New York de 1848 a 1853 y tuvo como sus principales promotores al
propio Betancourt, a Miguel Teurbe Tolón, a Cirilo
Villaverde, Lorenzo de Allo, Porfirio Valiente y Domingo de
Goicuría.

En 1862 se edita el diario "El Siglo" por José
Quintín Suzarte y bajo la dirección de Francisco
Frías y Jacott, Conde de Pozos Dulces (1809-1877). Este
periódico originalmente de criterios anexionistas y
posteriormente reformista, desempeñó un importante
papel en la época, en la divulgación de tales
posiciones. Francisco Frías, un representante destacado de
la intelectualidad defensora de los intereses de los más
acaudalados hacendados criollos, era hombre de vasta cultura y
colaborador habitual en la prensa de entonces, como el
periódico "Correo de la Tarde", donde expone sus proyectos
para consolidar la riqueza y diversidad de la agricultura. No
obstante su ideario anexionista, éste no era partidario de
la esclavitud, en quien avizoraba una rémora al desarrollo
capitalista más moderno.

En los años previos a la primera contienda
independentista se edita "La Aurora" (1865-1868), dedicado a
defender los intereses de los artesanos, embrión de
nuestra futura clase obrera, integrados mayoritariamente por
negros y mulatos libertos. Su primer número aparece el 22
de octubre de 1865, bajo el patrocinio de Saturnino
Martínez y Manuel Sellén. De opiniones
obrero-reformistas, se limitaba a luchar por mejoras salariales
en el sector. Se contaban entre sus colaboradores José
Fornaris, Felipe Poey y Antonio Bachiller y Morales. Este mismo
Saturnino Martínez, asturiano de ideas liberales,
fundaría años después los diarios "La
Razón" y "La Unión".

Otro español, José Moreno Fuentes,
colaboró activamente en el periódico
pinareño "El Ómnibus", divulgador de ideas
liberales, muy progresistas para su tiempo y muy cercanas al
socialismo utópico del francés Charles Fourier. En
la propia etapa se editan "La Discusión" por Augusto
Martínez y Francisco Obregón Mayol; "Rigoletto" por
Luís Victoriano Betancourt e Isaac Carrillo y "El
Revoltoso" de carácter satírico-humorístico.
Otra importante forma de divulgación de las ideas,
estrechamente vinculado a la prensa escrita, resultó la
práctica de utilizar lectores en las tabaquerías, a
partir de la década del 60 del propio siglo XIX. Ello
contribuyó no sólo a elevar el nivel cultural de
los trabajadores de tan importante sector de la economía sino
además a fortalecer su conciencia de
clase. Según Ambrosio Fornet en su escrito "La lectura,
proletariado y cultura nacional", esta práctica en las
tabaquerías se inicia en 1865 en la fábrica de
torcidos "El Fígaro", en la capital, y según otros,
un año antes, en la "Fábrica Viñas", en
Bejucal, actual provincia de La Habana (30). La lectura en las
tabaquerías encontró la oposición de las
autoridades coloniales apoyada por una sistemática
campaña difamatoria de su principal vocero, el "Diario de
la Marina", temerosos, no sin razón, a que contribuyese a
la propagación de ideas progresistas y demasiado
liberales.

El fracaso de los planes anexionistas y los fallidos intentos
de conseguir concesiones de carácter reformista, por la
metrópoli, contribuyeron, entre otros no menos importantes
factores, al avivamiento del ideario independentista en un sector
considerable del criollismo, ya finalizando la década de
los 60.

1,3.- El
pensamiento progresista cubano y la prensa revolucionaria durante
la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

Durante el transcurso de la contienda independentista, tanto
la prensa mambí como en el exilio, continuaría
desempeñando un importante papel como instrumento de
divulgación del pensamiento progresista cubano y en el
proceso de consolidación de nuestra identidad
nacional. En la etapa resulta significativo el número
de publicaciones periódicas clandestinas que circulan en
el país, en condiciones difíciles, recursos
limitados, sistemático hostigamiento y reducidas tiradas.
El diario mambí "El Cubano Libre" aparece en fecha tan
temprana como el 17 de octubre de 1868, bajo la dirección
de José Joaquín Palma y funge a partir del 10 de
abril de 1869, por decisión de la Asamblea de
Guáimaro, como Órgano Oficial de la
República.

A su vez, Ignacio Mora publica en Guantánamo el
"Mambí" (1868-1871) y el maestro patriota Rafael Morales
"Moralitos", edita "La Estrella Solitaria" y crea la primera
cartilla de alfabetización, en territorio libre. En 1876
nace "La República", que se declara Órgano Oficial
de la República en Armas, mientras
que en Sancti Spiritus circula publicación "Las Villas"
(1874). Se pueden citar otros diarios mambises como "La Verdad",
"La Estrella de Jiguaní", "Patria y Libertad" y "El
Montero Libre".

Como vocero de las ideas más reaccionarias del
coloniaje nace en 1868, "La Voz de Cuba", por iniciativa del
periodista español Gonzalo de Castañón, que
se convierte en vocero del Cuerpo de Voluntarios de La Habana,
famoso por sus abusos y tropelías contra la
población criolla y su implicación en el bochornoso
fusilamiento de los estudiantes de medicina el 27 de noviembre de
1871..

En contraposición, surgen nuevas y representativas
personalidades del pensamiento progresista cubano como Carlos
Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo,
Máximo Gómez, Salvador Cisneros Betancourt, y
tantos otros, que en algún momento de su vida, colaboraron
o utilizaron la prensa escrita para la divulgación de su
ideario revolucionario. El 6 de marzo de 1873 el periodista
irlandés James J. O´Kelly, corresponsal del diario
"New York Herald", logra entrevistas a Carlos Manuel de
Céspedes en su forzado reducto de San Lorenzo,
después de un periplo lleno de arriesgados sucesos
plasmados en su libro "En las Tierras del Mambí".

En la misma, publicada con gran relieve por dicho diario un
tiempo después, se ponen de relieve los valores
ético-patrióticos del Padre de la Patria.
Éste a una pregunta del periodista afirma…".los cubanos
en armas no aceptarán reconciliación o paz con
España a no ser bajo la base de la independencia. Estamos
separados de ellos por océanos de agua,
además de tener intereses opuestos a los europeos,
también nos separa un océano de sangre..La sangre
de nuestros padres y hermanos y de las familias inermes e
indefensas asesinadas a sangre frías, nos prohíben
aceptar condición alguna de los españoles. Ellos
deben dejar la Isla y dejarnos en paz o continuar la guerra hasta
que perezcamos los del partido combatiente" (31).

Meses después de publicada esta entrevista, el
"New York Herald" publica en su edición del 17 de junio de
1873, una carta de agradecimiento de Céspedes, donde
éste afirma como.".no le bastó al diario explorar
las selvas de África y
rescatar a Livingstone, allí donde el absolutismo mantiene
en la barbarie a todo un continente; es necesario explorar
también los misteriosos campos del Jardín de las
Hespérides Americanas, donde algunos hombres más
bárbaros que los reyezuelos de África, venden a los
seres humanos en los barracones como animales"
(32).

La etapa entre-guerras
(1878-1895). Papel de la prensa en la divulgación de las
corrientes políticas imperantes en la época:
autonomismo e independentismo.

La etapa de entre-guerras es reflejada en la prensa de la
época en toda su complejidad y contradicciones. Por un
lado la incansable actividad de los veteranos de la pasada guerra
en aras del logro de su ideario independentista, frustrado
temporalmente en el Zanjón, a los que se suman las nuevas
generaciones de patriotas o "pinos nuevos" como los denominase
Martí, y por el otro, el auge de las tendencias
autonomistas, como nueva versión del reformismo, en su
versión más retrógrada, estimuladas por el
eventual fracaso de la acción
armada. En la etapa va a descollar la actividad
periodística del Apóstol, forjador de las
condiciones imprescindibles para iniciar la Guerra Necesaria.
Súmese a lo anterior, en su momento inicial, los intentos
independistas nuevamente frustrados en la denominada Guerra
Chiquita.

El autonomismo encuentra sus principales voceros en "El
Triunfo", "El País", "La Lucha" y el "Diario de la
Marina". Esta tendencia o corriente política asumió
diferentes matices, desde el más liberal, el conservador
hasta el más reaccionario. "El Triunfo", como vocero del
Partido Liberal Autonomista inicia su publicación el 3 de
agosto de 1878, bajo la dirección del abogado andaluz,
Manuel Pérez de Molina, el que se proclama
como."…político, literario y de intereses generales"
(33). A partir del 17 de septiembre del propio año es
designado como su director, Ricardo del Monte. Este diario
dejó de publicarse el 3 de junio de 1885.

A partir de ese año figura como órgano de prensa
del denominado Partido Liberal Democrático Autonomista, el
periódico "La Lucha", bajo la dirección del
catalán Antonio de San Miguel. El 14 de junio de 1885
inicia su publicación "El País", órgano
oficioso del Partido Liberal Autonomista. Este cesa su
publicación sólo con el fin del dominio colonial
español, en 1898, y resurge durante la primera
ocupación norteamericana con el nombre de "El Nuevo
País", autoproclamándose ahora como
republicano.

Otros diarios de igual tendencia, con diferentes matices
ideológicos, que tanto proliferaron en la etapa fueron "La
Legalidad",
vocero del Partido Liberal Nacional; "La libertad", dirigido por
Manuel Márquez Sterling, representante del Partido Liberal
Democrático y que en febrero de 1879 comienza a titularse
"La Discusión". A su vez el "Diario de la Marina", ya
existente desde 1844 y vocero de los sectores más
recalcitrantes del colonialismo español, se convierte a
partir de 1878 en órgano oficial del Partido Unión
Constitucional Autonomista, que agrupa a sus representantes
más conservadores, bajo la dirección de Francisco
Montaos. Otros diarios de igual tendencia que se publican en la
época son "La Voz de Cuba", "La Patria", "La Iberia", "El
Asimilista", "El Español" y "El Adalid".

El resurgimiento del reformismo, ahora bajo la vestimenta
más reaccionaria del autonomismo; las nunca desaparecidas
ansias independentistas, gradualmente recuperadas tras el letargo
patriótico provocado por el Zanjón y la
supervivencia incluso de sectores minoritarios partidarios del
anexionismo, deslumbrados por el paradigma político y
económico de la sociedad norteamericana, coexisten en
estos años tumultuosos y complejos, antesala de
trascendentes definiciones de futuro, en los cuales la
prédica martiana, unitaria y patriótica, y el
prestigio indiscutibles de los veteranos de la guerra pasada,
crean las condiciones favorables para nuevos intentos
armados.

Prueba de tales contradicciones en aquella batalla de ideas,
siempre presente en la historia de Cuba, es la publicación
por el diario "La Tarde", en su edición del 28 de febrero
de 1895, a unos días de reiniciada la gesta
independentista, de un anuncio convocando a un mitin de
carácter anexionista, que tuvo como saldo el secuestro de la
edición y el arresto temporal de su director, por las
autoridades españolas.

El 12 de julio de 1887 aparece el primer número de "El
Productor", el que cesa su publicación el 23 de noviembre
de 1890. Este diario se proclama a partir de 1888, como
órgano de la Junta Central de Artesanos de La Habana. Su
principal promotor, Enrique Roig de San
Martín, uno de los primeros dirigentes de los
trabajadores en nuestra patria, ya había desarrollado una
activa colaboración en el diario "El Obrero" de Saturnino
Martínez.

En éste imperaban las ideas del anarco-sindicalismo,
entonces muy en boga en España, entre los sectores
obreros. Los partidarios de esta tendencia en Cuba, aunque
reconocían y hasta criticaban las inconsecuencias del
sistema capitalista y su carácter explotador, no eran
capaces de comprender que la principal contradicción
entonces en nuestra patria, era el logro de la independencia y no
meras mejoras salariales y el peligro que representaba para
nuestra futura soberanía, las pretensiones expansionistas
y neocoloniales del naciente imperialismo
norteamericano. Ello no desmerita los aportes de Roig de San
Martín al pensamiento progresista en la época. En
su edición del 22 de diciembre de 1887 aparece publicado
en las páginas de "El Productor", un artículo de
éste donde plantea:

"Dime trabajador, que riegas la tierra con
el sudor de tu tostada frente, ¿has pensado alguna vez en
lo que eres y en lo que debías ser? Esa tierra que labras
y cuyo fruto no recoges, ¿has analizado a quien
pertenece?" (34).

A su vez el diario "El Trabajo",
en su edición del 27 de marzo de 1892, como Órgano
Oficial de la Junta de Trabajadores de la Región Cubana,
publicó los resultados del Congreso Regional Cubano
efectuado los días 15 al 19 de enero de 1892, donde
predominaban en sus 75 delegados las ideas anarco-sindicalistas y
cuyas principales demandas son la jornada de 8 horas, la libertad
de asociación de los obreros y sus críticas al
sistema capitalista (35).

A inicios de la década de los 80 aparecen las revistas
"El Fígaro", promotora de la práctica del base-ball
en Cuba, introducido por estudiantes cubanos radicados
temporalmente en Estados Unidos y "La Habana Elegante". Ya en
1877 aparece la "Revista de Cuba", literaria y de tendencia
autonomista y en 1885, Enrique José Varona, edita "La
Revista Cubana" mientras que Manuel Sanguily, sólo un
año antes, funda la revista "Hojas Literarias", de
contenido político y literario, cuyo último
número ve la luz el 3 de diciembre de 1894.

Entre los partidarios del ideario independentista, siempre
latente, va a descollar Juan Gualberto Gómez, el amigo de
Martí, periodista y patriota, quien funda en 1879 el
periódico "Fraternidad". Éste publica, en su
edición del 24 de septiembre de 1890 su antológico
artículo "Por qué somos separatistas" en el cual
expresa que.".somos sí, separatistas. Pero no odiamos (a
España N. del A.) ni siquiera dejamos de amarla y
apreciarla. Lo que hay es que donde quiera que fijemos la mirada,
tropezamos con antagonismos y oposiciones entre Cuba y
España. Y siendo esto así nuestra razón nos
dice que para que haya armonía entre ambos países
es indispensable que cada uno de ellos rija a su antojo sus
destinos" (36).

Ello le costó la airada reacción de las
autoridades coloniales que ordenaron el secuestro de la
edición y el encarcelamiento de su autor, quien
sólo pudo librarse del encierro por un fallo favorable a
su apelación, ante el Tribunal Supremo de España.
Decisión realmente excepcional que provocó gran
malestar en los sectores más reaccionarios de la colonia.
Así mismo en la década de los 90 funda el diario
"La Igualdad", con el propósito de convertirlo en el
órgano representativo de las capas medias negras y
mulatas, que intenta concienciar con vistas a su adhesión
a la causa revolucionaria.

En la época se editaron no pocas publicaciones
independentistas en el exilio, como "El Avisador Americano" y "El
Porvenir", en New York, por iniciativa de Enrique Trujillo y el
periódico "Yara" de José Dolores Poyo, en Cayo
Hueso, importante comunidad de
obreros tabacaleros inmigrantes. "El Porvenir" inició su
publicación el 12 de marzo de 1890 y resultó
continuación del "Avisador Americano" que dejó de
editarse, en aras de poder
radicalizar su mensaje. Algunos de los artículos escritos
por el infatigable Enrique Trujillo fueron reproducidos por el
periódico cienfueguero "La Verdad", para gran
escándalo de los sectores más conservadores
locales.

El 14 de marzo de 1892 publica su primer número el
emblemático periódico "Patria", en New York, por
iniciativa de José Martí y que precede en escasas
semanas a la fundación por el mismo del Partido
Revolucionario Cubana, el 10 de abril del propio año. A su
vez, en Tampa, Florida, Eligio Carbonell publica el
periódico "El Mosquito". Por gestión
de Néstor Carbonell, presidente del Club "Ignacio
Agramonte", que radica en esa propia localidad, se recolectaron
los fondos necesarios, entre la patriótica inmigración allí residente, los
fondos necesarios para sufragar los gastos del viaje
de Martí a la misma, donde éste pronunciará
su famoso discurso "Los Pinos Nuevos".

En Cuba, en la década del 90, anterior al inicio de la
última gesta independentista, Antonio Zambrana
publicó "El Cubano" con activa colaboración de
Fermín Valdés Domínguez, que tuvo su
continuidad en "El Criollo", como parte de los múltiples
ardides necesarios para burlas la férrea censura y la
acción punitiva del Cuerpo de Voluntarios. En esos mismos
años previos a la contienda bélica iniciada el 24
de febrero de 1895, se editan sencillas publicaciones
clandestinas, divulgadoras del ideario independista, de
aparición esporádica como "La Tribuna", "La
Protesta", "La Verdad" y "El Machete". En tanto que en Santiago
de Cuba el periodista patriota Antonio Yero, bajo la apariencia
de partidario del autonomismo, divulgaba ideas favorables para
crear el ambiente
ideológico favorable a la cercana insurrección
armada, como en su artículo "El Dilema" (1890). En la
propia provincia oriental, José Miró, muy vinculado
a Martí, publica "El Laboral" y "La
Doctrina".

Resulta ilustrativo el texto de la
orden de alzamiento para el 24 de febrero de 1895 en la provincia
de Oriente, enviada por Juan Gualberto Gómez, al propio
Miró:

"Diga Vd. Al Liberal (realmente al propio Miró N. del
A.) publique el artículo en la fecha indicada" (37).
Mensaje que guarda gran similitud, por su vinculación a
las letras impresas, que la enviada por Fidel Castro desde
México a Frank País, en Cuba, para anunciar la
salida del Granma, a fines de noviembre de 1956:

"Edición agotada"

Manuel Sanguily, destacado representante del pensamiento
progresista y veterano de la anterior contienda (1868-1878),
siempre estuvo muy vinculado a la prensa, como instrumento
idóneo de divulgación de sus ideas
independentistas. En la etapa colaboró activamente en la
"Revista Cuba", dirigida por José Antonio Cortina
así como en la "Revista Cubana" fundada por Enrique
José Varona. No es posible dejar de mencionar entre las
personalidades de la época, a Antonio Maceo, quien se
destacase como estratega militar, hombre de profundos valores
patrióticos y éticos y lúcido pensamiento.
Éste, posterior a su histórica Protesta de
Baraguá, marcha al exilio en espera de la ocasión
propicia para el retorno a Cuba a reiniciar la lucha armada.
Éste en su relativamente breve visita a Cuba, a su arribo
a La Habana, el 5 de febrero de 1889, es recibido entre otros,
por tres periodistas del diario "La Lucha", encabezados por
Arturo Mora.

Se conoce que durante su estancia en la capital, éste
concurrió con frecuencia a las tertulias efectuadas en el
local que ocupaba la revista "El Fígaro", a la que eran
asiduos Ramón A. Catalá y Manuel Sanguily, muy
vinculados a la práctica periodística. Maceo tuvo
la deferencia de visitar en su propio domicilio a Juan Gualberto
Gómez, en su modesta vivienda enclavada en Empedrado No 29
entre Habana y Compostela, en momentos en que éste estaba
enfrascado en la tarea de editar el diario "Fraternidad", ya
mencionado, que se plantea.".defender el derecho que tiene el
pueblo cubano para regir sus destinos procurando llegar a una
solución por cuantos medios están a su alcance"
(38).

Maceo se entrevista asimismo con Enrique José Varona,
que para esa fecha ya había renunciado a su cargo en el
ejecutivo del Partido Autonomista y había sido ganado para
la causa independentista. Ya en su discurso del 19 de julio de
1888, Varona insta a los cubanos.".a una obra común que
haga olvidar que en Cuba creció como una planta maldita la
esclavitud de una raza y la servidumbre de otros muchos" (39) y
que reitera el insigne educador, filósofo,
sociólogo y patriota en otro discurso, un año
más tarde, conocido como "Los cubanos en Cuba" (1889),
donde denuncia como estos resultan.".proscriptos de una nueva
especie, pues nadie ha formulado la ley que nos
prescribe llevarnos un estigma colectivo, más duro de
sufrir que cualquiera marca individual
..que en los siglos sombríos señalaba la
reprobación y excomuniones sociales a las razas
malditas"(40).

Maceo se traslada a Santiago de Cuba en julio de 1889, en su
continuo peregrinar en aras de apreciar, organizar, convencer y
crear las condiciones favorables a una próxima
insurrección. Como relata Emilio Bacardí, en sus
conocidas "Crónicas", éste se reúne el 29 de
julio, en el Hotel Venus, con
un nutrido grupo de
personas simpatizantes en su gran mayoría de la causa
independentista, en cena ofrecida por el Dr. Joaquín
Castillo Duany. En la misma uno de los asistentes José R.
Hernández se atreve a afirmar, en presencia del ilustre
invitado que.".Cuba llegará a ser fatalmente por las
fuerzas de las circunstancias una estrella más en la
constelación americana", a lo que éste replica con
su sentencia cargada de ética y
patriotismo:

"Creo joven, aunque me parece imposible, que ese sería
el único caso en que tal vez estaría yo al lado de
los españoles" (41).

Maceo escribe a José A. Rodríguez, el primero de
noviembre de 1886, entonces director de un periódico
independentista en el exilio neoyorquino, acerca de su criterio
sobre las virtudes personales que deben acompañar a un
dirigente político pues.".yo desearía para mi
país un hombre que tenga la voluntad de redimir al pueblo
cubano de la soberanía española, sin haber
tiranizado a sus redimidos y que no mantiene otra fortuna, que la
conquistada por ese medio. El que tal haga llegará a la
completa gloria y completa dicha" (42). Precepto moral, tantas
veces violado por los judas
políticos que durante la república neocolonial
traicionaron el ideario del más virtuoso mambisado.

La profundidad de su pensamiento se reitera una vez más
en la carta enviada a José Dolores Poyo, director del
diario "Yara", editado en Cayo Hueso y publicada en su
edición con fecha 13 de junio de 1889, donde le expresa
como.".la dominación española fue mengua y
baldón para el mundo que la sufrió; pero para
nosotros es vergüenza que nos deshonra. Pero quien intente
apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado
en sangre si no perece en la lucha. Cuba tiene muchos hijos que
han renunciado a la familia y
al bienestar por conservar el honor y la patria. Con ella
pereceremos antes que ser dominados nuevamente…" (43).

La etapa entre-guerras, transcurridos los momentos iniciales
de frustración y pesimismo posteriores al Zanjón
con el consiguiente reavivamiento de los afanes autonomistas, que
se reflejaba en la prensa de la época, se convierte pronto
en fuente de nuevos bríos y acciones
enérgicas, no sólo de carácter organizativo,
sino particularmente en la esfera de las ideas, donde impera la
convocatoria martiana a la unidad entre veteranos y pinos
nuevos.

Aún en la nueva contienda, iniciada el 24 de febrero de
1895, la prensa continúa desempeñando su papel de
instrumento de divulgación de la ideología revolucionaria y no es por
casualidad que una de las primeras decisiones de Maceo, tras su
desembarco en Cuba, por Duaba, es organizar la reaparición
del "Cubano Libre", que tiene su precedente en el fundado por
Céspedes, con igual nombre, en el Bayamo insurrecto, en
octubre de 1868.

1,4.- José
Martí y la utilización de la prensa escrita como
instrumento de divulgación de sus ideas
revolucionarias.

José Martí, figura cimera, resumen y síntesis
del pensamiento progresista cubano en el siglo XIX, y que
trasciende a la actualidad por la vigencia de un ideario
fundacional de la Ideología de la Revolución
Cubana, se destacó en su fecunda trayectoria
revolucionaria, por su intensa y sistemática labor
periodística y su definida concepción del papel a
desempeñar por la prensa escrita como medio de
divulgación ideológica.

En fecha tan temprana como el 19 de enero de 1869, publica en
colaboración con su amigo Fermín Valdés
Domínguez, un diario estudiantil titulado "El Diablo
Cojuelo", en el que, con lenguaje
mordaz, se burla de las autoridades españolas. Aunque sin
firma, todas las evidencias
apuntan que Martí, su redactor principal. Contaba entonces
tan sólo 16 años. Habían transcurrido apenas
unos días, cuando aparece el 23 del propio mes y
año, "La Patria Libre", bajo la autoría del maestro
y destacado intelectual patriota, Rafael María de Mendive,
con la entusiasta colaboración de su alumno más
cercano. En el aparece por vez primera en letra impresa el poema
"Abdala". La publicación, que se proclama
democrática y cosmopolita, sólo logra la
publicación de un número, al igual que el "Diablo
Cojuelo".

Durante su exilio en España, Martí colabora en
periódicos liberales como "La Soberanía Nacional",
en el que aparecen fragmentos de su obra "El Presidio
Político en Cuba", así como en los
periódicos "La Discusión", "La Cuestión
Cubana" y otros. A partir de 1875, en que se inicia su estancia
en México, se convierte en asiduo colaborador de la
"Revista Universal", bajo la dirección de José
Vicente Villada, hasta ocupar la plaza de redactor en plantilla,
hasta el cese de la publicación el 19 de noviembre de
1876. Esta etapa es sumamente prolífica en la actividad
periodística de Martí, que redacta numerosos
artículos y crónicas, el primero de los cuales
dedicado a la festividad patria mexicana del 5 de mayo, aparece
publicado en la edición del 7 de mayo de 1875 y el
último titulado "La Academia de San Carlos" aparecido en
el número del 24 de octubre de 1876.

En su escrito "La polémica económica" (23 de
septiembre de 1875), muestra con sólo 22 años, su
lucidez intelectual, cuando afirma como.".la prensa está
haciendo algo digno de ella: el país pregunta a sus
hombres inteligentes, por qué se muere de hambre sobre su
tierra riquísima, por qué la industria extranjera
vive en México mejor que la industria mexicana.".para
agregar que.".la imitación servil extravía, en
economía como en la literatura y en política.
¿Un principio debe ser bueno en México porque se
aplicó con buen éxito
en Francia? ¿es la situación financiera de
México igual a la francesa? ¿se producen las mismas
cosas?¿están los dos países en iguales
condiciones industriales?…".para arribar a la sabia
conclusión de que.".a conflictos
propios, soluciones
propias" (44).

En esa propia revista aparecen publicados por vez primera sus
juicios sobre José de la Luz y Caballero, en dos
párrafos de hermosa prosa, inserto en un artículo
más extenso sobre otros tópicos afines. En el mismo
expresa como."..murió hace algunos años en La
Habana, un hombre augusto. Él había dado a su
Patria toda la paciencia de su mansedumbre, todo el vigor de su
raciocinio, toda la resignación de su esperanza.
También iba allí un pueblo a consagrar un
cadáver. Los niños se agruparon a las puertas de
aquel colegio inolvidable (se refiere a "El Salvador"
N. del A.); los hombres lloraron sobre el cadáver del
maestro, la generación que ha nacido siente en su frente
el beso paternal del sabio José de la Luz y Caballero"
(45).

Son notables, aunque menos numerosos, sus escritos en el
periódico "El Federalista", iniciados el 7 de diciembre de
1876, con su artículo "Alea Jacta Est", en el cual critica
el derrocamiento por el caudillo Porfirio Díaz, del
Presidente Lerdo de Tejada (1823-1889), estrecho colaborador de
Benito Juárez (1806-1872) y su sucesor en la presidencia
de la República en el período de 1872 a 1876, donde
expresa…".¿ con qué el fin es verdad?¿ con
qué se vuelven a matar los mexicanos?¿con
qué se ha violado una tradición, derrocado un
gobierno, ensangrentando un año a la patria, para volver
de nuevo a ensangrentarla, para desacreditarnos más, para
ahogar en germen el adelanto que alcanzábamos y el
respeto que se
nos iba teniendo, para hacernos más imposibles a nosotros
mismos todavía?" (46).

Regresa Martí a Cuba en 1878, pleno de nostalgias,
tiempo en el que pronuncia discursos en
diversos liceos y sociedades
patrióticas, en una época poco propicia para ser
escuchado y mucho menos comprendido, tras la firma del Pacto del
Zanjón, lo que le cuesta nuevamente ser deportado, en
septiembre de 1879.

Radicado a partir de 1880 en New York, Estados Unidos, inicia
su colaboración, como crítico de arte, en la
revista "Tour". En 1881, durante su breve estancia en Venezuela,
promueve la edición de la "Revista Venezolana", de la que
sólo llega a publicarse un número, el primero de
julio del propio año. Algo similar a lo sucedido en
México, con el autocrático caudillo Porfirio
Díaz, le acontece en la tierra de Bolívar, con el
dictador Guzmán Blanco. Al tornársele la
situación insostenible, publica con fecha 20 de julio de
1881 su carta de despedida en el diario venezolano "La
Opinión Nacional", donde expresa."…de América soy
hijo y a ella me debo"., reiterando su concepción
latinoamericanista, que lo acompañará toda su vida
(47).

Ya de regreso a New York, mantiene su colaboración con
ese diario, donde aborda en crónicas y artículos,
tópicos de asombrosa diversidad, con notable agudeza de
análisis e ideas progresistas e incluso anticipadoras de
su propia época. Estas colaboraciones se inician en
septiembre de 1881 y cesan en mayo de 1882, por discrepancias
surgidas con sus editores.

El 15 de julio de 1882 comienza su colaboración en el
diario "La Nación" de Buenos Aires, con
más de 200 crónicas y artículos, actividad
que se mantuvo de forma ininterrumpida hasta 1892, en que su
labor organizativa de la Guerra Necesaria, le reclamaba todo su
tiempo y energía. En uno de esos escritos Martí
reitera su valoración del papel a desempeñar por la
prensa."..que no puede ser en estos tiempos de creación,
mero vehículo de noticias, ni
mera sierva de intereses, ni mero desahogo de la exuberante y
lujosa imaginación."(48). El Apóstol colabora
además, a partir de marzo de 1883, con la revista "La
América", bajo la dirección de Raúl Castro
Palomino, de la que llega a integrar su cuerpo de redactores.
Aún le alcanza el tiempo para colaboraciones
esporádicas en los periódicos "La República"
de Honduras; "El Partido Liberal" de México; "El
Economista Americano", editado este último en Estados
Unidos bajo la dirección de Néstor Ponce de
León; "La Estrella de Panamá" y
en los diarios neoyorkinos "El Avisador Cubano" y "La Juventud".

En 1889, a pesar del tiempo que le toma su intensa actividad
revolucionaria, publica las conocidas tres ediciones de una
revista dedicada a los niños: "La Edad de Oro".
Redactada en lenguaje asequible pero culto, de compleja
simplicidad, en prosa incomparable, esta nos queda como legado de
ética y patriotismo.

El 14 de marzo de 1892 aparece el primer número del
periódico "Patria", que precede en menos de un mes a la
fundación del Partido Revolucionario Cubano, el 10 de
abril. En el mismo sale su escrito titulado "Clubs nuevos",
referido a la creación de estas valiosas organizaciones
revolucionarias en Filadelfia y Atlanta dado que.".suele el
patriotismo necesitar de espuela, sobre todo cuando ha visto una
vez y otra la ineficacia de su abnegación, porque la
abnegación es ineficaz y el genio mismo,
cuando no se les conduce en acuerdo previsor, con las desdichas a
cuyo alivio se consagran" (48).

"Patria" se dedicó a divulgar, por la pluma de
Martí, del trabajo meritorio de los periódicos
revolucionarios en el exilio o en la propia Isla, no obstante sus
frecuentes conflictos y
discrepancias dado que.".. Patria se ve en muchas penas. Le sobra
alma y le
falta espacio. Le sobra asunto y todo en el es urgente" (49). En
su edición del 16 de abril de 1892, Martí valora
positivamente la labor del diario "La Igualdad", fundado por Juan
Gualberto Gómez en tierra cubana, en condiciones
excepcionalmente difíciles y continuador de "La
Fraternidad", iniciativa asimismo del amigo cercano, periodista y
patriota. El 28 de mayo del propio año el Apóstol
escribe elogiosamente sobre la Revista de la Florida", reiterando
su criterio sobre la labor de la prensa cuando afirma que.".un
palacio está ahí, donde nadie lo ve. Un
periódico sin generosidad es un azote. Un periódico
generoso es una columna" (50).

El 11 de junio de 1893 aparece en "Patria" su artículo
"Nuestros periódicos" en el que aborda la labor
ideológica y de cohesión revolucionaria realizada
por publicaciones como "La Gaceta del Pueblo", revista fundada
por el puertorriqueño Antonio Vélez Alvarado
que.".con el mejor de su estilo y con el calor de su
sano corazón,
cuenta a los lectores de América los propósitos
continentales"(51). En el propio escrito valora positivamente la
labor de divulgación desplegada por el diario "Yara".

El 28 de enero de 1893, día de su onomástico
personal, publica en "Patria" sus criterios sobre el
periódico "El Radical", editado por el periodista cubano
Pablo Rousseau
que.."…hoy ya enriquece la prensa revolucionaria, con un
periódico elegante y vivo, donde el reposo campea junto a
la energía y tienen las ideas patrias defensor de altos
vuelos" (52).El 17 de noviembre de 1894 dedica "Patria" un
espacio para enjuiciar la labor del diario "La Verdad" de Rafael
Guerra. En la misma afirma como.".Patria saluda con orgullo de
cubano al periódico nuevo, seguro de que en
el la majestad de la razón, aún cuando haya de
tundir y esclarecer, no honrará con la disputa innecesaria
el crimen y desvergüenza que salen siempre al camino de las
obras virtuosas" (53),

En su edición del 30 de abril de 1892, el
Apóstol escribe en "Patria" su artículo "El alma
cubana", donde expresa como.".otros propagarán vicios o
los disimularán, a nosotros nos gusta propagar las
virtudes, por lo que se oye y se ve entra en el corazón la
confianza o la desconfianza. Quien lee los diarios dominantes de
La Habana, creerá que todo en la ciudad es pobre de alma y
reparto de robos y ambición de café y literatura
celestina; pero es preciso leer con los ojos sagaces, el diario
que no se publica, el de la virtud que espera, el de la virtud
oscura. Las almas como las tierras de invierno, necesitan de la
nieve que las cubra, con muerte aparente, para brotar
después, a las voces del sol, más enérgicas
y primaverales" (54).

No podemos obviar que los más valiosos escritos
martianos, que mantienen su plena vigencia, aparte de su
invalorable epistolario, nos llegan a través de su
publicación de la prensa escrita de la época.
Mencionemos tan sólo la antológica "Nuestra
América", publicada por vez primera en el diario mexicano
"El Partido Liberal", el 30 de enero de 1891; "Respeto a nuestra
América" en la revista "La América" de New York, en
agosto de 1883; su crónica sobre "La Conferencia
Americana", enviadas al diario argentino "La Nación", el
24 de enero de 1890; "La Conferencia Monetaria de las
Repúblicas de América", publicada en la "Revista
Ilustrada" de New York en mayo de 1891 y otras tantas que
harían la lista interminable.

El último artículo periodístico de
Martí se publica en "The Herald" de New York, el 2 de mayo
de 1895, donde responde a infamantes injurias sobre el pueblo
cubano. En su escrito conocido como "Vindicación de Cuba",
expresa como.".nada piden los cubanos del mundo sino el
conocimiento y respeto de sus sacrificios" (55).

Su caída en combate en "Dos Ríos", el 19 de mayo
de 1895, es celebrada con júbilo por el "Diario de la
Marina", en su edición del 17 de junio del mismo
año, en la cual expresa como.".ha caído para
siempre Martí, el jefe civil y delirante del movimiento
separatista…Rudo, rudísimo es el golpe que acaba de
sufrir la insurrección separatista y que sin duda
precipitará el advenimiento de su término"
(56).

La muerte de Martí y sólo un año
después la caída en combate de Antonio Maceo,
constituyeron sin lugar a dudas una pérdida irreparable
para el ideario independentista cubano, que facilitó la
primera ocupación norteamericana y la falta de unidad
entre los patriotas, que matizó el devenir de la
república neocolonial, plagada de incoherencias,
traiciones, vacilaciones e inconsecuencias. Tan bien reflejadas
en la prensa de la época.

El siglo XX cubano, si bien nos deparaba una supuesta
independencia plagada de frustraciones, no obstante
propició, sustentado en la conjunción del legado
patriótico del siglo precedente, el ideario martiano y el
Marxismo-leninismo, una nueva batalla de ideas,
que nos permitía avizorar un futuro más
promisorio

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (PRIMERA PARTE):

(1) "La prensa revolucionaria y la Guerra del 95" del Dr.
Benigno Souza. En:

"Álbum del Cincuentenario de la Asociación de
Reporters de La Habana" (1902-1952). Editorial LEX, La Habana,
1952. Página 92

(2) Obra citada. Página 96.

(3)El primer periódico conocido en Pinar del Río
fue "El Veguero" (26 de junio de 1852). En Matanzas la primera
publicación periódica: "El Diario de Matanzas",
aparecido a principios de
1813. En Las Villas la primera imprenta conocida se
estableció en Trinidad, en el establecimiento de
Cristóbal Multra, donde se imprimió el pionero de
la prensa en la provincia, titulado "Corbeta Vigilancia", el 20
de septiembre de 1813. En Camagüey, el primer
periódico del que se tiene noticia es "El Espejo Diario",
aparecido en 1812.En Oriente la primera imprenta se establece en
Santiago de Cuba en 1792. El pionero en la prensa escrita fue "El
Amigo de los Cubanos" cuyo primer número data de agosto de
1805. Estos y otros muchos datos de interés
sobre la prensa escrita en Cuba y la actividad
periodística en las provincias, hasta 1952, aparece en la
obra ya citada. Páginas 65 a 80.

(4) Emilio Roig de Leuchsenring en su trabajo "El
Sesquicentenario del Papel Periódico de La Habana, pionero
de las publicaciones literarias en Cuba". Editorial Molina y
Cia., La Habana, 1941. Consultar páginas 18 a la 30.

(5) Isabel Monal y Olivia Miranda en su obra "Pensamiento
cubano. Siglo XIX". Tomo I. Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 2002. Página 107.

(6) Ibídem, página 168.

(7) Sugerimos consultar al respecto la documentada obra "La
Colonia. Evolución socioeconómica y
formación nacional. De los orígenes hasta 1867" de
un colectivo de autores del Instituto de Historia de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación y Editora Política, La
Habana, 2002. En particular el Capítulo VIII "De la
Ilustración reformista al reformismo liberal" redactado
por el Dr. Eduardo Torres-Cuevas. Páginas 331 a 332.

(8) Fernando Ortiz en "La Hija Cubana del Iluminismo".
Imprenta Molina, La Habana, 1943. (9) Emilio Roig de Leuchsenring
en "El Habanero, papel político, científico y
literario". Universidad de La
Habana, 1962. Páginas 11 a la 41.

10) "El Habanero". Universidad de La Habana, 1994.
Página 5.

(11) Ibídem, página 5.

(12) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Tomo I.
Página 293.

(13) Lo que se expresa al seleccionar para su epitafio:

"Aquí yace José Antonio Saco que nunca fue
anexionista porque fue más cubano que todos los
anexionistas".

(14) José A. Saco en Papeles sobre Cuba. Consejo
Nacional de Cultura. 1963.

(15) Roberto Agramonte en "Aforismos de Don José de la
Luz y Caballero". Universidad de La Habana, 1952. Página
208.

(16) Ibídem.

(17) José de la Luz y Caballero en "Escritos
Educativos". Editorial Pueblo y Educación, La Habana,
1991. Página 135.

(18) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada.
Páginas 304 y 305.

(19) Eduardo Torres-Cuevas en "Historia del pensamiento
cubano" Volumen I, tomo
II. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2006. Página
111.

(20) Ibídem. Páginas 162-163.

(21) Ibídem. Página 163.

(22) Ibídem. Página 163.

((23) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada.
Páginas 317 a 363.

(24) Ver referencia 3.

(25) Joaquín Llaverías en "Contribución a
la historia de la prensa periódica". Archivo Nacional
de Cuba. Tomo I. La Habana. Páginas 180 a 199.

(26) José Antonio Saco. "Papeles sobre Cuba". Consejo
Nacional de Cultura. La Habana, Cuba. 1963.

(27) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Página
469.

(28) Ibídem. Página456.

(29) Ibídem.

(30) Ambrosio Fornet en "La lectura, proletariado y cultura
nacional". Revista "Casa de Las Américas". Enero-febrero
1977. No 100. Páginas 178 a 181.

(31) James J. O´Kelly. "La Tierra del Mambí".
Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1968. Página
232.

(32) Ibídem. Página 39.

(33) Antonio Martínez Bello en su escrito "Dos
periódicos autonomistas: El Triunfo y El País".
Revista Universidad de La Habana, No 177, 1966. Páginas 89
a 190.

(34) "Artículos publicados en el periódico El
Productor". Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1967.
Igualmente aparece recogido en la obra ya citada de Isabel Monal
y Olivia Miranda. Página 239.

(35) Colectivo de autores: "El movimiento obrero cubano.
Documentos y artículos (1865-1925)" Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 1975.

(36) Benigno Souza. "La prensa y la Guerra del 95". Obra
citada. Página 93.

(37) Ibídem. Página 94.

(38) José Luciano Franco en "Antonio Maceo. Apuntes
para una historia de su vida" Tomo I. Editorial Ciencias
Sociales, La Habana. Página 346.

(39) Ibídem. Página 346.

(40) Ibídem. Página 347.

(41) Ibídem. Página362.

(42) Ibídem. Página319.

(43) Ibídem. Página 33.

(44) José Martí. Obras Completas. Tomo 6.
Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Página
335.

(45) Ibídem. Tomo 6. Página 314.

(46) Ibídem. Tomo 6. Página 359.

(47)

(48) Camila Henríquez Ureña. "En torno a
Martí, el periodista". En: "El periodismo en
José Martí". UPEC. Editorial ORBE, La Habana.
Páginas 7 a 33.

(49) José Martí. Obras Completas tomo 5. Ya
citada. Página 5.

(50) Ibídem. "La Revista de Florida". Página
51.

(51) José Martí. "Nuestros periódicos".
Obras Completas tomo 5, ya citada. Página 53.

(52) José Martí en "El Radical". Obras Completas
tomo 5, ya citada. Página 54.

(53)

SEGUNDA PARTE.

2.- La primera
ocupación norteamericana (1899-1901) como antesala de la
República Neocolonial. (1902-1952). Hasta el golpe de
estado del 10 de marzo de 1952.

La creciente complejidad del nuevo marco político,
económico, social e ideo-cultural con que se inicia el
siglo XIX cubano, signado por el enfrentamiento clasista y que se
expresa entre otras esferas en el plano de las ideas, exige como
única forma de preservar nuestra identidad cultural y
nacional, la pervivencia de las fecundas tradiciones del
pensamiento progresista cubano, entre las cuales podemos
considerar la utilización de la prensa escrita como medio
de difusión masiva más idóneos de su
ideario, a la que se incorporarán en décadas
sucesivas la radio (1922) y
la
televisión (1950).

La corrupción administrativa, la dependencia
política y económica, la pérdida de la
eticidad en no pocos funcionarios públicos y dirigentes
políticos y el atentado permanente a nuestros valores
culturales, constituyen sólo algunas de las lacras que
caracterizarán a la naciente República, contra las
que se enfrenta nuestro pueblo, nucleado alrededor de las ideas
de personalidades progresistas, que surgidas de su seno,
expresarían sus más legítimos intereses.

Las deplorables consecuencias de la primera ocupación
norteamericana, para la naciente Republica neocolonial y su
tormentoso devenir histórico, preñada de
acontecimientos, contradicciones, enfrentamientos, crisis y
conmociones sociales quedan reflejadas en los periódicos y
revistas de la época, como reflejo de del desarrollo y
consolidación del pensamiento progresista cubano frente a
sus antípodas permanentes: el entreguismo, la
politiquería, el lacayismo y la inmoralidad pública
y privada.

2,1.- Desde el
inicio de la primera ocupación norteamericana hasta
comienzos del gobiernos de Alfredo Zayas. Etapa de 1899 A
1920.

No pocos periódicos, ya existentes desde la
última década del siglo XIX, prolongan su
existencia ya iniciada la nueva centuria como "El Nuevo
País", "La Lucha", "La Discusión" y el "Diario de
la Marina", entre otros, cada uno expresando específicos
intereses de clase o de sectores sociales específicos.
Otros nacen en los primeros lustros de la República como
"El Mundo", "El Comercio", "La Voz Obrera" (Órgano Oficial
del Partido Obrero fundado por Carlos Baliño); el
semanario "Alerta", bajo la dirección de José F.
Hernández (miembros de la Liga General de los Trabajadores
Cubanos) y que junto a los diarios "El Reconcentrado" y "Tierra"
de tendencia anarquista, muy en boga entre el sector obrero de la
época, apoyaron la llamada "Huelga de los
Aprendices", protagonizada por los tabacaleros en 1912;
así como "La República" fundado por Juan Gualberto
Gómez, en 1903, quien fuera anteriormente redactor de "La
Discusión", cargo al que renunció al asumir la
dirección de este posiciones pro-plattistas

En 1906 aparecen "El Partido Liberal" y "La Nación; en
1907 "El Imparcial" y en 1909, "Previsión", defensor del
programa del
Partido de los Independientes de Color (creado en
1908) y lidereado por Evaristo Estenoz, dirigente obrero y Pedro
Ivonet, antiguo Coronel del Ejército Libertador, ambos
asesinados, con no pocos de sus seguidores, en el frustrado
alzamiento de 1912, durante el mandato de José Miguel
Gómez, por tropas del eufemísticamente llamado
Ejército Constitucional creado durante la Segunda
Ocupación Norteamericana (1906-1909), por el corrupto
general Magoon. (1). Igualmente se edita por primera vez en 1910,
"Liborio"; en 1911, "El Día"; en 1913, "La Noche" y "El
Heraldo de Cuba", este último bajo la dirección de
Manuel Márquez Sterling; en 1914 nace "La Prensa"; "El
Diario de Cuba" en 1917 y en 1920 "El Cuarto Poder", bajo la
dirección de Ramón Vasconcelos

Entre las revistas se destacan "Bohemia" (1908), que
desempeñaría un lugar importante en la prensa
nacional durante República neocolonial. En 1905 ve la luz
como semanario de sátira política "La
política Cómica". No se puede dejar de mencionar la
revista "Social", por iniciativa del destacado intelectual
progresista y prestigioso historiador, Emilio Roig de
Leuchsenring, de meritoria actividad en años posteriores
como Historiador de Ciudad de La Habana y en la que se divulgaron
importantes escritos del llamado "Grupo Minorista" (2).

Incluso ya desde los oprobiosos tiempos de la Primera
Ocupación Norteamericana (1899-1902), periódicos
como "La Lucha" y "La Discusión" publican en sus
páginas discursos y pronunciamientos de destacados
representantes del pensamiento progresista cubano y
partícipes activos en las
luchas independentistas como Manuel Sanguily, Juan Gualberto
Gómez, Enrique José Varona, Enrique Collazo y
Eusebio Hernández. "La Lucha" en sus ediciones del 20 de
enero y 5 de mayo de 1899 divulgan criterios de destacados
representantes del pensamiento progresista cubano, contra las
medidas tomadas por las autoridades interventoras como el
licenciamiento del Ejército Libertador y el
desconocimiento de la autoridad de la Asamblea del Cerro,
premisas condicionantes de la futura imposición de la
Enmienda Platt (3).

Respecto a la problemática económica y en
particular la reclamación de aranceles
equitativos en el comercio con Estados Unidos, este concita
criterios y reflexiones publicados por los diarios "La Lucha"(20
de enero de 1901); "La Discusión" (15 de enero de 1901);
"El Comercio" (16 de enero de 1901) y "El Nuevo País" (18
de febrero de 1901), esfuerzos que se vieron frustrados por la
imposición del oneroso y mal llamado Tratado de
Reciprocidad Comercial de 1903 (4).

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